Adivinación por Tarot

La adivinación es en verdad un diagnostico por medio del cual intentamos descubrir cuales son las influencias sutiles que gravitan en nuestra actividad. Si se la efectúa en forma correcta puede ser de gran ayuda, pero muy dañina si se la practica de manera deficiente por el efecto depresivo que puede provocar la sugestión y las imágenes imprecisas e incontroladas que puede despertar.

Un adivinatorio concreto debe mirarse como si fuera una veleta que señala la dirección en que soplan los vientos de las fuerzas invisibles; mas ha de recordarse que la veleta no es un medio para determinar el curso que ha de tomar el barco, sino solo hacia donde conviene enfilar las velas.

Hay dos tipos de adivinación: una, puramente, psíquica que confía en la visión de los espíritus y que emplea, en general, la bola de cristal: la que usa símbolos determinados, tales como las barajas o las figuras de la geomancia y lee el significado de acuerdo con un código predeterminado reduciendo así el factor personal, aunque sin eliminarlo del todo.

Todo el que tenga alguna experiencia videncial, sabe que es raro el intento de obtener alguna luz por medios psíquicos, pues el influjo del estado emocional vicia el resultado en grado tal, que puede inducir a engaños.

Por otra parte es bien sabido que ningún vidente puede actuar para si en ningún problema en que este íntimamente involucrado. Esto es verdad aun cuando se recurra a otro vidente psíquico, pues la fuerte emoción en la mente del que inquiere puede influir subconscientemente al actuante, de modo que los resultados pueden llevar la colaboración de los deseos de aquel o si este resiste inconscientemente, puede inclinarse hacia el otro extremo.

En circunstancias semejantes lo mas atinado es emplear uno de los métodos de adivinación en el que los símbolos se mezclan y aparecen por azar. Uno de estos métodos, y en verdad el mejor, es el Tarot, porque es el mas sutil y comprensivo y con el cual los poseedores de visión obtienen una buena perspectiva de los factores espirituales del caso que se investiga. Para usar como corresponde el tarot se requiere un buen grado de preparación que no consiste en un somero conocimiento del significado de las cartas, sino que implica ponerse en contacto con las fuerzas que están implícitas en ellas. Sin embargo, su utilización empírica no esta contraindicada para cualquier persona sincera, aunque es dudoso que pueda ser eficiente para un tercero.

Para comenzar, habrá que adquirir un juego nuevo de Tarot, porque los usados están demasiado impregnados del magnetismo de otras personas y ello resulta contraproducente; además hay que llevarlo consigo en forma permanente, hasta donde sea posible, dormir con las cartas debajo de la almohada, barajarlas y tenerlas largo tipo entre las manos en tanto que se observa y aprecia el significado de las figuras de acuerdo con el libro de instrucciones, a fin de que se asimile el significado de cada una de las cartas. No tiene mayor importancia el tipo de naipes que se use; lo mismo da el juego arcaico o el hermoso que pinto Waite, no son detalles lo que interesa sino que su contenido sirva de introducción recordatoria de las ideas ocultas en las figuras. Tan pronto como se percibe algún tipo especial de significado en la imagen del naipe, ya se ha establecido un enlace con el y cuando aparece en una adivinación vendrá a significar algo preciso.

Una vez logrado el contacto con el mazo de cartas elegido, el paso que sigue consiste en proyectar una adivinación según el sistema que se practique y resolverla de acuerdo con las instrucciones del libro; anotar los resultados y la posición en que caen las cartas. Se repite el proceso dos veces mas, en las que también habrá que consignar con cuidado las posiciones de las figuras, y por supuesto, barajar bien en cada oportunidad. Si algunas cartas se repiten y en especial, si la posición es semejante, o si las del mismo tipo predominan en los tres pasos, se deducirá que el sistema funciona de modo satisfactorio y se podrá adivinar tomando por base las cartas que se repitieron, pero si en los tres casos no se observa parecido alguno o si el equilibrio de los cuatro palos no es constante, por lo menos en dos de los tres casos, y si ninguno de los triunfos mayores sale mas de una vez, habrá que interpretar que el Tarot no es operante para el que consulta, por lo que habrá de abandonarse la adivinación.

El mismo principio se aplica cuando se requiere tirar las cartas con el juego de figuras españolas o francesas, aunque este método es mucho menos sensitivo y elocuente que el se practica con el tarot. La adivinación es un arte que no se adquiere con el estudio de textos, sino que se forma paso a paso a través de un sistema de asociaciones que tiene lugar en la mente del operador. Además, mucho depende de la capacidad de inspiración de este que puede lograr en casos especiales que las cartas se repitan sin cesar, armónicamente y que consigue leer con perspectiva extraordinaria sucesos concatenados; en cambio, otras veces es menester cadi deletrear el significado de cada carta. De todas maneras no se aconseja forzar la adivinación, si la investigación no surge con espontaneidad de la mente, seguro que es porque carece de significado.


De todos modos con estas instrucciones se obtendrán mejores resultados que si se consulta a dudosos profesionales. La única persona en condiciones de hacer algo al respecto es un iniciado especialista en tarot y que por supuesto, no exigirá ni aceptara jamás un solo centavo por su trabajo, por ello, únicamente en circunstancias muy especiales se conseguirá que un iniciado lea a otra persona lo que dicen las cartas.

Deberá estarse en guardia cada vez que se cruce una visión o se escucha una voz cuando se este concentrado o meditando, porque aun en el caso de que esas voces encierren la verdad, es evidente que la mente corre el riesgo de apartarse o disociarse por el esfuerzo. Todo ocultista con experiencia interrumpe las facultades supranormales cuando las condiciones son adversas, pues sabe que un susurro nunca se escucha cuando ruge un huracán, sino solo en el silencio. Los contactos con lo superior no se manifiestan por medio de voces; inspiran un sentimiento de poder, de protección y de paz. Nunca se repetirá lo suficiente que cuando lo invisible se hace visible para el ojo físico o audible, algo marcha mal en el proceso, porque los planos se impregnan recíprocamente y a menos que esta impregnación se detenga, será inevitable un desequilibrio en la mente del operador.

Es necesario suma cautela para ver y oír en lo interno sin dejar de tener en cuenta que las impresiones son subjetivas. En el uso de cualquier poder psíquico la mayor prudencia radica en comprender el carácter psicológico del mismo y en tener presente de continuo que lo que se percibe no es la cosa en si, sino algo que semeja a un boceto soñado y dramatizado por nuestra mente subconsciente.

Mientras mas avancemos en nuestro desarrollo espiritual, habrá menos diferencia entre el funcionamiento de nuestra conciencia superior y nuestra mentalidad normal. La clarividencia es un estado de mente normal iluminada en el cual el discernimiento se eleva a un alto nivel; y por el contrario, mientras más primaria y poco evolucionada sea la mente de un individuo, el fenómeno será más espantoso y anormal.

Con referencia al problema del horóscopo, su estudio y los resultados que se obtienen, en realidad, son sorprendentes. El horóscopo puede ser una gran ayuda como también una influencia sumamente perniciosa, plagada de sugestiones malignas, todo dependerá de la sabiduría y cualidades espirituales del astrólogo. Un verdadero astrólogo puede prodigar tanta ayuda espiritual, como un sacerdote con vocación. Sin embargo, tengamos presente que el astrólogo profesional que se anuncia en periódicos y revistas, realiza gran cantidad de trabajo mercenario, por lo que le resultara casi imposible conservar su integridad espiritual. Además ningún astrólogo publicitado, aunque tenga gran practica, puede hacer en persona todos los horóscopos que le solicitan, viéndose así obligado a derivar el trabajo a otros. Mucho mas prudente será recurrir a algún amigo estudiante de astrología, que acudir a un profesional que se pasa la vida “fabricando” horóscopos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario