Los poderes esotéricos atribuídos a los elementos de la naturaleza y su empleo en determinados rituales, tienen su origen en hechos concretos que se remontan a la historia de las diferentes culturas. Tal es el caso de la sal, un elemento muy valorado, por sus múltiples propiedades y cuyo derramamiento ha sido asociado a muy malos augurios.
¿A quién no se le ha derramado alguna vez un salero? Si te ha sucedido, quizás creas que es el fin de tu buena fortuna, pero desde la antigüedad, existe un ritual protector para contrarrestar los efectos negativos del percance.
Consiste, simplemente, en arrojar un pequeño puñado de sal por encima del hombro izquierdo, de tal modo los malos augurios que anticipan el derramamiento de sal, quedan anulados por este simple rito.
La práctica se remonta a culturas milenarias, como la de los sumerios, los egipcios, los asirios y los griegos. En realidad, estos pueblos valoraban infinitamente este elemento, ya que les permitía purificar el agua, conservar la carne y el pescado, realzar el sabor de las comidas y curar heridas.
Además, algunos pueblos, como los hebreos, los griegos y los romanos también emplearon la sal, en muchos de sus sacrificios. Del mismo modo, si quieres proteger y aumentar tus finanzas, se recomienda arrojar tres puñados de sal sobre el fuego, a primera hora del día, concentrándote en tu objetivo.
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