Ritual para la protección del negocio

Conocemos el caso de comerciantes que antes de empezar un nuevo día laboral, celebran algún pequeño ritual.

Solo al abrir el establecimiento, el dueño o encargado del negocio, lanzará al suelo una pequeña porción de sal, y sobre ella, algunas gotas de agua, tras lo cual recitará para sus adentros, CON MUCHA FE:
Sal y agua, ayudadme, que ni voluntad ni propósito desconocido,
puedan perjudicarme, y que los elementos poderosos a los que estoy llamando, estén en perfecto acuerdo conmigo ¡Cúmplase mi voluntad!
La fe, acompañada de los poderes de los elementos, serán quien provocará la reacción que nos permitirá una mejora en nuestra situación.
"Tengamos presente que es el sentimiento que generamos, aparte de la ayuda exterior, quien genera que se produzca el poder para obtener lo que deseamos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario